a vitória de uma guerreira e... dos Balões!
Leia a seguir a história da decoradora peruana
TECHY QUEVEDO, um exemplo de superação,
publicada no jornal El Comercio do Peru.
"María Teresa Quevedo: "¡Yo tenía que salir adelante!"
"María Teresa Quevedo: "¡Yo tenía que salir adelante!"
Su esposo murió en un accidente y ella, ama de casa vio que hacer para sacar adelante a sus hijos. Fue la pionera en la importación de globos decorativos, hasta que una compañía grande casi la derrumba. Dio clases de decoración, pero sus alumnos le piratearon todo el material. Rendirse no estaba en sus planes.
Solo un cliente, para un solo acto, podría requerir de ella diez mil globos para soltar en una espectacular caída que le habría demandado dos días de intensa chamba. María Teresa Quevedo, quien no se cansa de luchar para que Illusions, su empresa de decoración con globos, no pierda aire, cuenta que una vez llamó a su puerta un muchachito. “¿Desde cuántos globos atiende?”, le preguntó. Quería uno. No tenía para más. Era para su enamorada. María Teresa, que ante todo es una romántica, no permitió que el susodicho se fuera con la cabeza gacha. Así es ella. Esta es su historia.
¿Qué edades tenían sus hijos cuando su esposo falleció?
La mayor tenía 6 y, el segundo, aún no cumplía 5.
¿Usted a qué se dedicaba?
En ese entonces vendía varias cosas para ayudar a la economía de la casa. No he sido nunca de quedarme quieta: cuando estábamos en provincias preparaba alfajores, quesos… y los vendía.
Su esposo era oficial de la FAP…
Y adonde él iba, yo iba. Lógico, ¿no? La razón de una familia es estar toda junta.
¿Cómo murió?
En un accidente de aviación. Justo había pedido su cambio, y lo irónico es que lo había pedido por un tema de salud –porque sufría de cálculos renales-, y cuando por fin se lo aprobaron y regresaba para entregar su puesto, el avión en el que venía se cayó… Murió muchísima gente. Gente conocida, gente querida, gente con la que habíamos convivido; y cuando eso pasa, tú tienes que ver qué hacer…
¿Qué edad tenía?
Treinta y un años. Si bien iba a recibir una pensión, por ser de teniente o capitán, esta iba a ser baja.
Más allá de la pena, tenía que ver qué iba a hacer por sus hijos.
¡Yo tenía que salir adelante! Mis dos hijos estaban pequeñitos y lo que me iban a dar no cubría lo que íbamos a necesitar para sobrevivir. Mi hermana justo había comprado un tour a Buenos Aires. Me dijo: “¡Vámonos! Vamos para que te despejes un poco”. Mi compadre, que es médico y era muy unido a mi esposo y a mí, me llevó a una psiquiatra; y lo primero que ella me señaló fue: “No te vistas de negro, de lo contrario vas a ser un cuervo con dos cuervitos detrás de ti. Lo que tú hagas, lo que tú proyectes, eso mismo van a ser tus hijos; y si tú –Dios no quiera- les llegaras a faltar, ellos van a repetir lo mismo que tú vas a hacer en este momento. Tú tienes que ser valiente. Tú tienes que sonreír. Tú te tienes que vestirte de colores y tirar para adelante”.
Una cosa es que se lo digan, otra hacerlo. ¿Cómo lo enfrentó?
Tenía a mis hijos, estaban ellos y delante de ellos no iba a llorar… El llanto era en la noche -a solas-, pero con ellos tenía que tirar para adelante.
Partió con su hermana a Buenos Aires y allá, sin pretenderlo, descubrió los globos.
¡Ella los descubrió! Yo nunca visito cementerios, pero me habían dicho que en el cementerio de Buenos Aires había unas esculturas maravillosas, y yo me guío por el arte. Fui y, mi hermana, se fue con su hijita al zoológico. Allá fue que ella encontró estos globos. Cuando nos vimos, me dijo: “Mira”. “Qué bonito”. “¡Mira! ¡Esto no hay en el Perú!”… Ella tiene una visión para los negocios, ¡fabulosa! “Esto, en el Perú, es negocio. ¿Quieres?”. Yo tenía un dinero que me habían dado por la muerte de mi esposo, y eso no se podía quedar dormido; lo peor hubiera sudo que me lo comiera.
En ese momento, ¿qué tenían ustedes: casa, auto…
¡Nada! Porque a los oficiales jóvenes les dan vivienda en la zona donde son asignados. A nosotros nos hubiera tocado en la residencial San Felipe, pero como una vez que mandaron a mi esposo a Lima tardaron algunos meses en oficializar su cambio… Nosotros ya habíamos comenzado a hacer nuestra vida en función a Lima, incluso habíamos matriculado al menor de nuestros hijos en un nido cercano a la residencial San Felipe; todas nuestras cosas ya estaban embaladas en provincia.
¿Dónde?
En San Ramón. Estábamos en zona roja. Precisamente era por eso que él tenía que viajar en avión, porque si iba en ómnibus lo bajaban y, por ser militar, lo mataban…
Qué irónico.
Irónico por donde lo mires… A veces las cosas se tejen de tal manera, que no tienes escapatoria.
Para colmo de males, eran los últimos días del primer gobierno de Alan García. La película que le iba a tocar vivir no pintaba nada bonita.
Para nada. Pero teníamos en las manos un elemento que iba a ser una novedad en Lima: unos globos que duran mucho tiempo, clientes en potencia a montones –porque en las florerías fue un boom este globito- y nada, ¡a tocar puertas!
Ahí el punto a favor fue su carácter.
Sí, a mí me encanta conversar. He llegado a pensar que debo tener alma de cura, porque empiezo a conversar con la gente y terminan confesándose conmigo (ríe)… A veces, la entrevista con un cliente que debía durar diez, quince minutos –tomarle el pedido, entregárselo y salir-, se tornaba en una cosa de una hora u hora y media.
El producto era tan innovador, que la hiperinflación no fue un problema.
Cobrábamos en dólares y la gente pagaba bien porque eran novedad, pero nuestro capital era reducido. Los globos los traíamos de EE.UU., entonces me fui para allá a buscar nuevos proveedores, a ver qué más había; y allá, una chica me dijo que en Miami había una señora que dictaba cursos. Y bueno, como nunca sobra aprender, me fui a verla y me quedé embobada. Eso era otro mundo. Nada de lo que hacíamos, nada de lo visto aquí, se comparaba con eso; y me dí con que el negocio de decoración con globos entonces ya tenía más de diez años allá y en Europa. Te estoy hablando de esculturas con globos, de adornos que jamás se me hubiese ocurrido que se podían hacer.
Increíble, ¿no? Cómo algo que hoy es tan común hace solo unos años no existía.
¡Y el salto que se ha dado! Porque si bien los fabricantes originalmente hacían globos redondos, comenzaron a hacerlos de diferentes tamaños a pedido de los diseñadores.
Si le iba tan bien, si cobraba en dólares. ¿Cómo entender que su negocio haya permanecido así de chico?
Porque entró al mercado una persona con muchísimo dinero. Nosotros juntamos todo lo que pudimos y nos dirigimos al fabricante, y con todo y eso, si a nosotros nos cobraba un dólar veinte por globo –que era ¡guau!-, al otro le cobraba treinta centavos (debido al volumen de compra). Era como enfrentarse a un matamoscas. Al final, ¡nos salía más barato comprarle al de acá! Con eso, te digo todo.
¡Le salía más barato comprarle a su competidor!
Así es, al que rompió el mercado… Entonces, ¿qué iba a hacer? Ya no era rentable. Pero nosotros ya habíamos comenzado a entrar a lo que es decoración con globos, y como éramos los primeros y eso no había en el Perú, podíamos cobrar lo que permitía el mercado. Pero, ¿cuál fue el problema? Que los que tomaron los primeros cursos fotocopiaron nuestras separatas y las revendieron. Hoy, te enseñan “por elementos”. Así le llaman a enseñarte a hacer un chupón –por ejemplo-, te cobran diez soles y también por la compra del material; después, cómo hacer una columna; y así. Entonces, ante esa competencia tan desleal, decidimos retirarnos de la enseñanza… Y en el Mercado Central, nuestro trabajó se pirateó como pan caliente.
O sea que, había encontrado un nicho de mercado, apareció uno más grande y la aplastó; halló una alternativa en la enseñanza, pero sus propios alumnos la sacaron del medio. ¿Cómo se enfrenta eso?
Había que seguir trabajando. No había más.
No vestirse de negro.
Claro, ¡no echarme a llorar! Había que seguir trabajando, y, mi la gran ventaja para mí, es que yo amo los globos. Si no los amara, habría tirado la toalla, habría buscado otra cosa…
¿Cómo es eso de que ama los globos?
Como músico que está con su guitarra o su violín y se puede pasar días y días, dale que dale con la misma cosa hasta que –¡plin!- le salió la melodía que tanto buscaba. Eso, es una satisfacción que no tiene igual.
Eso mismo es lo que le pasa con los globos.
Sí. Y ahora estoy llevando a mis nuevos alumnos a tomar seminarios internacionales. Este año ya he llevado a tres. No son baratos, implican una inversión fuerte, pero lo que te encuentras allá es a un montón de locos apasionados por los globos como tú.
Sus hijos ya son adultos.
Y han crecido con los globos.
No son cuervos.
No, tampoco los dejé que se queden sentaditos. Desde chicos me han acompañado a inflar globos y a armar cosas. Hoy, cada uno ha escogido su camino. Una está en lo que es el diseño y, el otro, en banca.
Ambos son bomberos, ¿no?
Si. Como la mayor terminó su carrera y no encontraba trabajo, mientras estaba en eso ingresó al cuerpo de bomberos; y terminó llevando al hermano y al primo. Ahora, por trabajo, lo ha tenido que dejar.
Esa vocación de servicio de alguna manera da cuenta del tipo de educación que han recibido.
Yo nunca he hecho labor alguna de voluntariado, pero, desde chico sí les he enseñado ayudar a quienes los necesitan.
¿Sabe de algún incendio fuerte en el que ambos hayan atendido?
Varios. El corazón se me quería salir por la boca… Pero es su vocación.
Su marido murió en un accidente aéreo, sus hijos participan en operaciones de alto riesgo por ayudar a los demás.
Yo tengo metido en la cabeza que nadie se muere en la víspera. ¡Nadie! Así que yo cuento con que su momento de partir esté aún muy lejos (ríe)…
Bueno, me dijo que se ha reencontrado con la enseñanza de decoración.
El año pasado, un colega en Brasil, al que le había contado cómo está de bajo el nivel acá, me dijo: “Ya es hora de que tú enseñes”. Le conté lo que me pasó, cómo me habían pirateado todo. “¿Y? ¡Tú sigues siendo la maestra! Mientras tú sigas manteniendo tu nivel, mientras tú sigas buscando que aprender, ¡no te van a alcanzar!”. Y es verdad. Y como siempre ando detrás de la perfección, ¡no hay pierde!
Qué interesante, usted dejó de estudiar Arquitectura porque sintió que no tenía el arte para ello, y terminó descubriendo…
Otra manera de expresar el arte. Yo lo veo así: si lo ponemos en términos musicales, están los compositores y los intérpretes. Hay intérpretes que le ponen algo de lo suyo a la composición, y la melodía suena diferente, sigue siendo linda, pero ya tiene su toque, su firma. Están los intérpretes que se ciñen a la letra y también están los otros, los que mejor sería que no toquen (ríe)… Yo me siento una intérprete que innova. No soy una creadora, pero sí alguien que le pone un poquito de lo suyo a lo que hace.
Se ha comenzado a hablar de que en diez años el Perú será parte del primer mundo. ¿Qué cree?
Si eso se da va a ser por los recursos naturales que tenemos, porque nuestros recursos no los tiene nadie. Pero, si no los cuidamos… El problema está en que seguimos vendiendo nuestra patria sin tomar en cuenta lo que piensan los nativos, y se los pisa, los callan.
Los tachan de salvajes.
Y encima, eso; cuando se trata de su tierra, con la que ellos viven en comunión. Ellos cuidan su agua, sus árboles. Ellos no matan por matar. Yo creo que más salvajes somos los que estamos de este lado.
Crecemos económicamente pero nuestro nivel educativo sigue siendo pobre.
Hay gente interesada en eso: es más fácil convencer a un ignorante. Nos falta identidad nacional, ese es nuestro problema; desde el hecho de cantar el himno nacional, ¡nos falta sentirlo! El día que logremos que nuestros hijos y nietos amen su país, y que lo cuiden como cuidan los nativos sus tierras, ese día vamos a ser parte del primer mundo.
FICHA
Nombre: María Teresa Quevedo Vinatea
Colegio: San Sebastián.
Estudios: Hizo tres años de Arquitectura en la Universidad Ricardo Palma. Siguió Dibujo Arquitectónico en un instituto. Ha participado en talleres de decoración con globos en EE.UU., Argentina y Brasil.
Edad: 52 años.
Cargo: Propietaria y gerenta general de Illusions.
Illusions
Empresa de decoración con globos que María Teresa inició a fines de los 80. Fue una de las pioneras en el rubro.
Crecimiento
Atiende como mínimo diez eventos al mes (en solo uno puede llegar a usar 10 mil globos). La demanda crece en Año Nuevo, cuando contrata hasta a veinte personas.
O GBAlmanac se orgulha da amizade que tem com esta grande batalhadora que apesar de tudo
é a ALEGRIA em pessoa!
Tenho muito orgulho de mulheres como a Techy que superaram as dificuldades e que fizeram (e fazem!) a diferença.
ResponderExcluirUm grande beijo, amiga.
Lia Palka
Lia querida, muy agradecida por tu amistad, por tu cariño!! Espero volver a verte muy pronto!
ResponderExcluirBesos...Techy
Essa mulher é fantástica!!!!!!!!!!!! Um doce de coco!!rsrrs
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